Tinta sobre papel
50 x 70
2010 - 2011
martes, 20 de diciembre de 2011
sábado, 17 de diciembre de 2011
jueves, 8 de diciembre de 2011
martes, 6 de diciembre de 2011
De instante
Escribo,
borro, pienso. Vuelvo a escribir. Vuelvo a borrar. No dejo de pensar. No dejo
de sentir.
Tengo tu
mano entre las mías mientras viajamos en el colectivo, te beso la frente y te
digo que todo va a salir bien.
Fumamos un
pucho en la terminal con la intranquilidad adentro, tratando de tener calma,
tratando de darte yo la calma.
En la vida
hay eso que no podemos manejar. Eso que no esperamos nunca y que queremos bien
lejos.
Hoy estuvo,
pasó por acá, todavía está y se quedará por varios días.
Ya ves como
se nos escapa de las manos, se nos escapa de la cabeza. No podemos siquiera
pensar en hacer algo porque ya no hay para hacer.
Será dolor
por tanto tiempo como podamos soportarlo. Sí, será dolor del feo, del más feo,
del inexplicable, del inentendible.
Será
también la vida que no termina ahí, la vida que sigue. Habrá calma y
comprensión. Habrá fuerza como no creíste que pudiera haber.
El corazón
se hará más fuerte y más grande, el más grande de todos y todo lo abarcará.
domingo, 27 de noviembre de 2011
lunes, 14 de noviembre de 2011
martes, 8 de noviembre de 2011
miércoles, 5 de octubre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
Sí, palo.
Desde
luego, el palo es naturaleza y por su misma condición lo sabe.
También es
borracho y lluvia. Lo primero no lo hace más sabio pero sí descargador de
represiones. Por ende es válido.
Que sea lluvia
sí lo hace sabio y más naturalezco, firme y reconocible, palpable y bebible.
Llora la
lluvia y llora él cando se llueve.
Es
naturaleza y lo sabe, aunque charquee en su estado.
lunes, 19 de septiembre de 2011
sábado, 17 de septiembre de 2011
jueves, 15 de septiembre de 2011
jueves, 8 de septiembre de 2011
Llorona de Julio
Llueve y el cielo se deshace en este cuarto. Afuera igual, la lluvia lava el polvo en las terrazas y los vecinos corren desesperados, entrando sus sabanas y sus medias ya empapadas.
Aquí dentro, el agua me moja de los pies hasta mis manos alzadas que festejan tristeza y el reconocimiento de mi mente. Con los brazos en alto giro y grito que soy triste, que mi cabeza va más rápido de lo que quiero y no la puedo controlar.
De esta condición saldrá lo peor de mi pero del mejor modo, hablo de soltarme, desatarme, sacarme el collar y ahorcarme con mis manos.
Ya nada de cielo queda fuera y las nubes violetas y grisáceas se alumbran con cada rayo, las gotas corren en el vidrio como caballos desaforados y brillan con cada resplandor haciéndome sentir al fin viva. Los edificios pierden forma y color, invadidos ya por la negrura que se avecina lenta y descuidada, y que como un hilo se arrastra por el filo de la ventana y penetra aquí adentro. Entonces ya nada de luz queda y solo noche hay mientras la tormenta sigue desatándose furiosa. Es ahora cuando esa oscuridad tajante y agresiva se avalancha y se tira sobre mi, cuando tener los ojos abiertos o cerrados es igual porque nada se ve.
martes, 30 de agosto de 2011
Entera
Hay un cuerpo inestable que habla de lo que mi mente me oculta. Se enferma y deja a la luz aquel infinito recorrido de imágenes y palabras que no he dominado.
Todo aquello que es sólo mío tiene que salir antes de que explote en mi saco de huesos y me deje una vez más sin fuerzas para pensar en lo que me he callado y he dejado pasar por alto, hasta romperme la cabeza.
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